Blogia
Cosas Útiles

Regalo 6: Los pies

Regalo 6: Los pies Bueno, te lo haz ganado. Espero que sean de tu (fetichista) agrado. No pude evitar recordar a Uma Thurman en Kill Bill, sus pies son casi tan feos como los mios; eso sí, que conste que me cae mal Tarantino.

13 comentarios

un tanto dispuesto -

un tanto dispuesto, (aunque más inquietado que dispuesto) por la terapia de pareja. me preocupa es la estrechez del diván.

Segura de que nos volveremos a ver.... -

Tantos secretos! Dáme por favor otra pista, me doy cuenta que entre nosotros (no románticamente) hay muchas "cosas verdaderas", quisiera hacer una terapia de pareja contigo Van.

otro secreto revelado -

claro que compré otro libro, y aún no te lo decía, ada. ¿Quieres que te de pistas de éste?

vanichka se sorprende -

correcto, has ganado tu presa, sabueso.(¿acaso es esta una "cosa verdadera" al estilo ada?)

Ada -

Yo también quisiera escuchar esa voz extraña de "payasito" Vanichka. ¿Será posible? (Me pregunto a mi misma).

Ada, desconcertada -

"-Personalmente, yo prefiero esas que se enrollan y se hacen una bola cuando se las toca..., esas que se ponen a dormir como los perros."

van, sintiéndose raro -

quisiera hablarte. no, no quisiera hablarte, más que eso quisiera oír tu voz, ada, tu voz de siempre metida en las notas de esta canción, quiero tu voz hoy, ya, aquí, ahora...

Pista 1 -

"- Estoy loca por todo lo que repta - dijo..."

Ada, un poco triste -

Veo que estás un poco decepcionado de mis pies, no tan derechos ni femeninos como esperabas, creo que te lo había advertido. Tengo curiosidad por ese libro que compraste ¿No me dirás cuál es? Ahora todo es más confuso que antes y la nostalgia es inevitable, esta vez no me burlaré de ti.

fetichista -

Disfruto tus pies, ada. A ratos me dan risa, otros pienso que en cualquier momento podrían empezar a gustarme. Sobrios. algo torcidos, si. Los dedos correctamente estaturados. Los tobillos, aunque no tan delgados como esperaba, conservan la ligereza necesaria en unos pies de mujer. Definitivamente, todo en orden, algo torcidos, pero todo en orden.
Pdta: ¿de verdad son los pies de ada?

"...leer o no leer..." -

Ayer compré un libro que leí hace algunos años. Es un libro especial para mí (creo que para vos también un poco). No lo compre precisamente para leerlo, no sé para qué lo compré, si hasta pensé en regalartelo. Sospecho que no debo leerlo para no asesinar el recuerdo que guardo de él, la sensación que me invade cada vez que pienso en la historia, en sus personajes, en una de sus frases. Acaso, abrir algún distraído día una de sus páginas, así, al azar, como quien no sabe lo que hace y pasear mis ojos de hoy por esas palabras que siempre estarán ahí pero que cada vez serán diferentes. Temo dejarme al descubierto, revelarme que quizá he (¿hemos?) cambiado tanto que ahora sólo puedo engañarme diciéndome que es algo momentáneo, que pronto recobraré mi antiguo amor por tantas cosas, la sensación en el estomago al mirar algunos ojos. Pero nunca será así de nuevo, nada volverá a ser como antes. Es parte de esto que llaman vivir, crecer, evolución, cambio, madurez. El tiempo ha pasado, y ha pasado casi despiadadamente (para unos más que para otros). En definitiva, se que puedo ser muy molesto con estos repentinos ataques de nostalgia. Sabría entender si decides ignorarlos o burlarte (como ya lo has hecho, y harás), pero ya terminé el primer capítulo y sólo espero, a la vuelta de una página cualquiera, descubrir a alguien que ya no existe. Qué piensas, ada, ¿debo apagar este deseo visceral de leerlo?

Ivan, el ausente (2) -

Eso sí, en repetidas ocasiones quise ver tus pies. Y lo hice. Es uno de los mejores regalos que haya recibido últimamente. Hoy por fin puedo escribir con relativa calma. Si hasta acabo de terminar de leer un libro ¡¡¡UN LIBRO!!! después de tanto tiempo, de nuevo un libro completo. Las palabras de Tabuchi se dejaron atravesar de un tirón. Tengo verdadera necesidad de la compañía de viejos conocidos. He pensado en pedir tu dirección y enviarte cualquier cosa: una carta, una flor muerta, una pestaña, una de las mejores bolsas de mi colección, palabras recortadas, frases olvidadas, reseñas inútiles de libros y escritores, títulos de películas que aún no veo, lista de mujeres que me gusten... y quizá tu podrías enviarme también algo, diseños de collares, fotos de amantes, insectos disecados, o seguirme contando sobre todo lo que odias (tarantino, pirry...), pero es sólo una idea, uno de los ultimos romanticismos que me quedan, una necesidad de correspondencia que de cuando en cuando me atormenta. Algún día te visitaré, donde quiera que estes te visitaré, ada.
Att:
Ivan Durmanov

Ivan, el ausente (1) -

Señorita Adelaida Durmanov:

Le ruego encarecidamente me excuse por ausentarme tantos días sin ninguna justificación ni previo aviso. Sospecho que esta ausencia de mierda no ha sido importante para usted, que casi me había olvidado por completo. Para mí, en cambio, ha significado un monstruoso viaje. Sin mayores detalles, le cuento que no quería escribirle hasta que tuviera un poco de verdadero tiempo para mí y mucha tranquilidad mental (situación última que creo vos y yo jamás alcancemos -corrígeme si me equivoco-).